Qué ver en Vitoria-Gasteiz

A Vitoria podéis llegar de muchas maneras menos por mar, porque estamos en plena Llanada Alavesa. Famosos son los vinos de la zona y algunas de sus bodegas; como las de Laguardia o Elciego con la bodega de Marqués de Riscal, cuyo edificio tanto se parece al Guggenheim, ya que es obra del mismo arquitecto. Si decidís ir a La Rioja alavesa hacedlo mejor en bus, porque sus vinos os engancharán.

Como hemos dicho antes a Vitoria no podéis llegar por mar, pero sí tenemos playa, ya que Álava cuenta con 3 playas, además todas con bandera azul. A 15 km de la ciudad está el embalse de Ullibarri-Gamboa con sus playas Garaio Sur y Garaio Norte. Animaos a disfrutar de sus 2600 metros de longitud y la calidad de sus aguas.

Una vez que lleguéis a la ciudad podréis disfrutar de una de las joyas del País Vasco; la Atenas del Norte como la apodaron en el siglo XIX por su riqueza cultural y científica. Por eso, cuando os acerquéis al Parlamento recordad que fue centro educativo de referencia para vascos ilustres como el explorador Manuel Iradier o el escritor Federico Baraibar.

Ahí, justo ahí podréis disfrutar del parque de La Florida, una de las joyas verdes de la ciudad, pero no la única; porque Vitoria se hizo para pasear por parajes naturales. Quizás por eso tenemos un pulmón perfecto en la ciudad. Se trata del anillo verde, un itinerario circular de 30.8 kilómetros que rodea la ciudad. Recorriéndolo disfrutareis de zonas verdes y humedales naturales como las balsas de Salburua, el río Zadorra en Gamarra, un paseo por el bosque de Armentia o el paseo del sur por Olárizu.

Para ir pasando la tarde noche no hay nada mejor que ir picoteando los pintxos de las zonas céntricas. El mejor recorrido es comenzar por la calle Dato, centro neurálgico de la ciudad, allá por donde siempre han paseado los vitorianos, y, a primeros de agosto, pasean las cuadrillas de blusas y neskas en las fiestas de Vitoria. ¿Qué son? Venid y descubrirlo.

Desde ahí llegaréis a la Plaza Nueva o Plaza España repleta de bares donde elegir pintxos mientras se pueden ver dos de las cuatro torres que coronan la ciudad. No os decimos cuales, tenéis que ir y descubrirlo. A su lado encontrareis la plaza de la Virgen Blanca también flanqueada por cafeterías y coronada por el monumento a la Independencia de España. Desde esta plaza a la que llaman la sartén de Vitoria (adivinad el porqué) podéis subir a la Iglesia de San Miguel, donde está la hornacina de la Virgen Blanca (patrona de la ciudad, cuyas fiestas se celebran en agosto) y desde ahí llegar al casco viejo por los Arquillos, un paseo prodigio de la arquitectura que salva la diferencia entre la altura del casco y la llanura de las plazas ya visitadas.
También visitaréis la preciosa plaza del Machete donde ajusticiaban a los malhechores. Cuando atraveséis el Casco Viejo no olvidéis Conocer la Catedral Vieja de Santa María donde llegaréis por las sinuosas y estrechas calles de la almendra medieval.

Además, sea cual sea la fecha en la que nos visitéis casi seguro que coincide con uno de los muchos festivales que aquí celebramos. Umbra Light Festival (febrero), Festival Internacional de Poetas (mayo), Azkena Rock (junio), Big Band (junio), Festival de las Naciones (junio – julio), Festival de Jazz (julio), Periodismo a pie de calle (agosto), Magialdia (septiembre), FesTVal (septiembre), Música Antigua (septiembre), Festival Internacional de Teatro ( octubre –
noviembre), Festival Internacional de Música Carmelo Bernaola (noviembre – diciembre), Festival de música punk rock y hardcore (noviembre), Aitzina Folk (octubre-enero), Festival de Cortometrajes (diciembre). Entre otros.

Animaros a visitarnos y disfrutad de vuestra estancia.